Tas causas, sin embargo, pueden ser muy diferentes y requieren un proceso de diagnóstico exhaustivo para comprender el problema subyacente y llegar a una solución.
Los pacientes jóvenes y activos suelen pensar que el dolor de hombro se debe a un uso excesivo. Puede que sea así, pero es importante entender por qué. Los regímenes de ejercicios actuales suelen hacer hincapié en el fortalecimiento de los músculos deltoides, pero se ignora en gran medida el manguito de los rotadores. Esto conduce a un síndrome de inestabilidad que puede causar dolor y, lo que es peor, una deficiencia mecánica de la articulación del hombro. Si el dolor es un problema crónico, sin antecedentes de un único acontecimiento traumático, el paciente suele responder a la terapia de fortalecimiento. Esta terapia requerirá diligencia por parte del paciente y del terapeuta.
Una lesión aguda, como una caída o un impacto en un brazo levantado, puede provocar una lesión discreta que podría requerir reparación. Cuando una lesión aguda provoca un dolor persistente, a menudo solicitamos una resonancia magnética, que es una herramienta de diagnóstico que examina el tejido blando profundo del hombro. Una radiografía ordinaria examina las estructuras óseas y, a menudo, se muestra con normalidad en personas con síntomas de dolor en el hombro. La resonancia magnética a menudo puede indicar la gravedad de la lesión de los tejidos blandos y puede dictar si se requiere un tratamiento conservador continuo (antiinflamatorios, inyecciones de corticosteroides y terapia) o si se justifica una intervención quirúrgica. Un borde de cartílago desgarrado o una rotura de tendón generalmente no mejoran por sí solos; por lo tanto, puede ser necesaria una solución mecánica.
En la era moderna de la medicina actual, podemos resolver muchos de estos problemas mediante la cirugía artroscópica. Este procedimiento permite visualizar la articulación con una pequeña cámara insertada a través de diminutos orificios en la piel fuera de la articulación. Este procedimiento minimiza las cicatrices, mejora la visualización del problema por parte del cirujano y acelera la recuperación. En algunos casos, puede ser necesaria una incisión abierta, dependiendo de la gravedad y la localización del problema.
Los pacientes mayores suelen atribuir su dolor de hombro a la "artritis". En realidad, la artritis en la articulación del hombro (sobre todo en la rótula) es bastante rara. La artritis es la pérdida de cartílago en una articulación que provoca el rechinamiento del hueso contra el hueso. Esta afección artrósica es más frecuente en la rodilla, la cadera o incluso la base del pulgar, pero es mucho menos frecuente en el hombro.
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