Un quiste ganglionar es un tumor o hinchazón en la parte superior de una articulación o en la cubierta de un tendón (tejido que conecta el músculo con el hueso). Parece una bolsa de líquido (quiste). Dentro del quiste hay un material espeso, pegajoso, transparente, incoloro y gelatinoso.
Dependiendo del tamaño, los quistes pueden sentirse firmes o esponjosos. Se puede desarrollar un quiste grande o muchos más pequeños. Múltiples quistes pequeños pueden dar la apariencia de más de un quiste, pero generalmente los conecta un tallo común dentro del tejido más profundo. Este tipo de quiste no es dañino y representa aproximadamente la mitad de todos los tumores de tejidos blandos de la mano.
Son más comunes en mujeres y 70% ocurren en personas de entre 20 y 40 años. En raras ocasiones, los quistes ganglionares pueden ocurrir en niños menores de 10 años.
Los quistes ganglionares ocurren con mayor frecuencia en el dorso de la mano (60-70%), en la articulación de la muñeca y también pueden desarrollarse en el lado de la palma de la muñeca. Cuando se encuentran en la parte posterior de la muñeca, se vuelven más prominentes cuando la muñeca se flexiona hacia adelante. Otros sitios, aunque menos comunes, incluyen estos:
Se desconoce la causa de los quistes ganglionares. Una teoría sugiere que el trauma hace que el tejido de la articulación se descomponga formando pequeños quistes, que luego se unen formando una masa más grande y obvia. La teoría más probable implica un defecto en la cápsula articular o la vaina del tendón que permite que el tejido articular sobresalga.
El quiste ganglionar suele aparecer como un bulto (masa) que cambia de tamaño.
Por lo general, es suave, tiene entre 1 y 3 cm de diámetro (alrededor de 0,4 a 1,2 pulgadas) y no se mueve.
La hinchazón puede aparecer con el tiempo o aparecer repentinamente, puede disminuir de tamaño e incluso puede desaparecer, solo para regresar en otro momento.
La mayoría de los quistes ganglionares causan cierto grado de dolor, generalmente después de un traumatismo agudo o repetitivo, pero hasta el 35% no presentan síntomas, excepto la apariencia.
El dolor suele ser continuo, doloroso y empeora con el movimiento de las articulaciones.
Cuando el quiste está conectado a un tendón, es posible que sienta una sensación de debilidad en el dedo afectado.
A menudo, un examen físico es todo lo que se necesita para diagnosticar un quiste ganglionar.
Su médico puede obtener más confirmación mediante el uso de una jeringa para extraer parte del líquido del quiste (aspiración con aguja) o una ecografía. El ultrasonido es un tipo de radiografía sonora. Puede determinar si el bulto está lleno de líquido (quístico) o si es sólido. La ecografía también puede detectar si hay una arteria o un vaso sanguíneo que causa el bulto.
Su médico puede enviarlo a un cirujano de mano si el bulto es sólido o involucra un vaso sanguíneo (arteria).
Imágenes por resonancia magnética (MRI) Se utiliza para ver la muñeca y es muy útil para los ganglios. Un inconveniente de este método de diagnóstico es el costo del procedimiento.
La extirpación artroscópica del quiste ganglionar es un procedimiento mínimamente invasivo que elimina eficazmente el quiste de su pedículo. Es fundamental tener en cuenta que una proporción importante de quistes (que van desde 38% hasta 58%) pueden resolverse espontáneamente sin necesidad de ningún tratamiento.
A lo largo de los años, se han propuesto varios tratamientos para abordar los quistes ganglionares. Algunos de estos enfoques incluyen aconsejar a las personas con quistes asintomáticos que no se preocupen demasiado, realizar una aspiración con aguja para eliminar el contenido del quiste o recurrir a una intervención quirúrgica.
El procedimiento de aspiración generalmente implica insertar una aguja en el quiste, retirar el material líquido, administrar un compuesto esteroide (con propiedades antiinflamatorias) y luego inmovilizar la muñeca para evitar el movimiento.
Los estudios de investigación han indicado que una aspiración con una sola aguja puede curar hasta en un 74% de los casos.
Con tres aspiraciones, la probabilidad de curación aumenta a 85%, especialmente para los quistes situados en el dorso de la mano.
Al comparar la aspiración/inyección con la extirpación quirúrgica, en general, es menos probable que los quistes reaparezcan después de la cirugía.
La extirpación quirúrgica del quiste se vuelve necesaria cuando la masa causa dolor, interfiere con la función de la mano (especialmente si es la mano dominante) o provoca entumecimiento u hormigueo en la mano o los dedos.
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