Lo primero es detener la actividad para evitar un daño mayor. Si hay sangrado, se debe aplicar presión con un paño limpio; en caso de sospecha de fractura, lo recomendable es inmovilizar la mano. Nunca intentes seguir trabajando con dolor intenso o una lesión visible.
Muchas veces una lesión que parece menor puede esconder un daño más profundo, como en los tendones o nervios. Por eso es importante no subestimar el problema y acudir a un especialista lo antes posible para descartar complicaciones.
En el Badia Hand to Shoulder Center, encontrarás un equipo experimentado que puede evaluar tu lesión y ofrecerte las mejores opciones de tratamiento desde el primer momento.