La prevención de lesiones en las extremidades superiores comienza con una rutina de entrenamiento equilibrada que enfatice la fuerza, la flexibilidad y una biomecánica adecuada. Los atletas deben realizar calentamientos dinámicos antes de la actividad y centrarse en la estabilidad central (core) y escapular para reducir el estrés en el hombro y el codo.
El uso de la técnica y el equipo correctos —como el tamaño adecuado de la empuñadura en las raquetas o una mecánica de lanzamiento ajustada— también juega un papel clave. Aumentar gradualmente la intensidad del entrenamiento e incorporar días de descanso adecuados puede prevenir lesiones relacionadas con la fatiga.
El Dr. Badia también recomienda a los atletas prestar atención a las señales de advertencia tempranas, como el dolor muscular o la disminución del rango de movimiento. Abordar los síntomas menores de inmediato a través de terapia dirigida, inyecciones guiadas o reentrenamiento del movimiento puede prevenir lesiones más graves que requieran cirugía. La atención preventiva continua, combinada con educación y acondicionamiento específico para el deporte, forma la base para el rendimiento atlético a largo plazo y la salud articular.




